Indonesia futuro prometedor para los negocios



Fuente: ICEX

Infraestructuras, medioambiente y energía copan la inversión multilateral en Indonesia

Indonesia busca dar a conocer oportunidades de negocio que se abren en el terreno de la financiación multilateral

Indonesia se perfila como uno de los mercados más prometedores de la ASEAN. En la última década ha crecido a una media del 5% y es el quinto emergente tras los BRIC

Rico en recursos naturales y con una economía en pleno desarrollo, Indonesia se alza como uno de los países más favorables e interesantes para la inversión en el continente asiático y, sin duda, como el más prometedor de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Con una población de 240 millones de habitantes repartidos por más de 17.000 islas, y un crecimiento anual medio del 5% en la última década (2001-2010), el archipiélago es, según la OCDE, el quinto país emergente del mundo –detrás de China, India, Brasil y Rusia–. Las previsiones para este año y el próximo son aún más favorables, con un incremento del PIB de en torno al 7%, comportamiento especialmente positivo si se tiene en cuenta el panorama económico internacional.

La tercera economía asiática está llamada a ocupar puestos muy importantes como motor de recuperación de la crisis internacional ya que, según los expertos, la ASEAN contribuirá al 50% del crecimiento del PIB mundial en el próximo lustro. La clave de este espectacular desarrollo radica en la pujanza del consumo interno, el dinamismo de las exportaciones y unos niveles crecientes de inversión pública y privada. Para consolidar esta tendencia, Indonesia deberá, en los próximos años garantizar una gestión más eficiente de sus recursos y la migración de las empresas hacia segmentos más importantes de la cadena de valor, además de consolidar la inversión foránea y apostar por la mejora de las infraestructuras y la energía.

La estabilidad política ha mejorado notablemente el clima de inversión en el país a lo largo de los últimos años, lo que ha favorecido tanto la llegada de capital extranjero –deseoso de invertir en los sectores más prometedores de esta pujante economía–, como el incremento de fondos procedentes de los principales organismos financieros internacionales (IFI) con objeto de mejorar el grado de desarrollo del archipiélago asiático.

Tres son los sectores llamados a ejercer un papel de catalizador de la economía indonesia en los próximos años: las infraestructuras de transporte, la energía y el medioambiente. Con una red viaria y ferroviaria insuficiente y unos puertos que soportan un tráfico marítimo superior a su capacidad, Indonesia está obligada a mejorar sus infraestructuras si desea mantener su ritmo de crecimiento. La cuestión energética es más compleja porque, al mismo tiempo que existe una enorme dependencia del petróleo y del gas de exportación, la limitación de electricidad en buena parte del territorio complica la llegada de inversores extranjeros. De cara a aumentar la potencia eléctrica total, el Gobierno indonesio busca favorecer la llegada de productores de energía independiente. En cuanto al sector medioambiental, el rápido crecimiento de la población, la contaminación, la eliminación y tratamiento de residuos y el escaso acceso al agua corriente son algunos de los principales retos a los que debe hacer frente el país si quiere mejorar su grado de desarrollo y sostenibilidad.

De momento, buena parte de los recursos para sufragar planes en dichos sectores provienen de la financiación multilateral. La Unión Europea (UE), por ejemplo, ha destinado más de 1.880 millones de euros en 2010 a proyectos de comercio, medioambiente, energía, educación y justicia en Indonesia, lo que lo convierte en el sexto país receptor de ayuda comunitaria. El Banco Mundial tiene, en la actualidad, 76 proyectos activos (11.933 millones de euros) y otros 9 en preparación (1.674 millones de euros) en las áreas legal y de administraciones públicas, educación, finanzas, transporte, industria y comercio, etc. Por su parte, para el Banco Asiático de Desarrollo, Indonesia ha sido el país miembro con mayor aportación de fondos desde su creación, en 1966. En el periodo 2011-2013, el organismo destinará 1.971 millones de euros para la implementación de proyectos en los sectores educación, finanzas, energía, salud, infraestructuras, agua y medioambiente.